Ante la duda, no comer
A continuación detallamos las principales recomendaciones a la hora de recolectar y consumir setas.
- Consumir únicamente las especies que se conozcan con seguridad.
- Tenerer cuidado con aquellas setas que presentan anillo y volva, características típicas de las Amanitas, género en el que se encuentran muchas especies tóxicas y mortales.
- Reservar algún ejemplar de las setas consumidas en el congelador para, en caso de intoxicación o reacción adversa, poder identificar el origen.
- En caso de notar molestias, llamar inmediatamente al 112 o al Instituto Nacional de Toxicología (Tfno. 915 620 420).
- Cuando se consume por primera vez una especie, se debe comer únicamente una pequeña porción (un ejemplar o menos) y esperar si durante los días posterior surge algún problema. Algunas setas comestibles pueden generar reacciones adversas.
- Todas las setas son ricas en quitina, un componente de difícil digestión que en algunas personas puede generar trastornos gastrointestinales.
- Evitar la identificación de setas apoyada en falsas creencias populares como el ennegrecimiento de la cuchara de plata por las setas tóxicas o la ausencia de toxicidad en las que crecen sobre la madera o son consumidas por algún animal.
- No recolectar setas próximas a lugares con contaminación, como carreteras, industrias, parcelas tratadas con fitosanitarios, etc. ya que, las setas tienen predisposición a absorber metales pesados.
- Transportar las setas en recipientes aireados que impidan su degradación y consumirlas al poco tiempo. Las setas son un producto muy perecedero y a veces la intoxicación se debe a su mal estado de conservación, no a su toxicidad.
En definitiva, los mejores consejos se resumen en el consumo de pequeñas cantidades, siempre cocinadas y espaciadas en el tiempo, y ante la duda, NO COMER. Igualmente, recomendamos a los aficionados que se integren en las asociaciones micológicas para conocer mejor el recurso micológico.