La fructificación de especies de interés gastronómico se ha prolongado hasta finales del mes de julio
Las abundantes precipitaciones registradas durante el invierno, primavera y el inicio del verano, han saturado la mayor parte de nuestros suelos en humedad. En especial en toda la orla montañosa de Castilla y León los suelos han estado por encima del 90% de su capacidad máxima de reserva. Esta situación ha favorecido la fructificación de setas de primavera y verano, destacando las siguientes especies por su mayor productividad en nuestros montes: colmenillas (Morchellas sp.), lansarones (Calocybe gambosa), senderillas (Marasmius oreades), boletus (Boletus pinicola) hongos de verano (Boletus reticulatus) y rebozuelos (Cantharellus cibarius). La fructificación de especies de interés gastronómico se ha prolongado hasta finales del mes de julio con buenas producciones de rebozuelos.
Desde Cesefor (y en el marco del programa Micocyl) se han realizado inventarios a partir de parcelas y transectos de investigación, desde mediados de febrero de 2018 hasta mediados del mes de julio con una periodicidad semanal para las principales especies comestibles, ampliando el ámbito de estudio a varios hábitats productores como pinares y rebollares y extendiéndolo a toda la Comunidad. Estas investigaciones del personal técnico e investigador de Cesefor forman parte de las actividades para el impulso de la micología de Castilla y León desarrolladas por este centro, con el apoyo de la Junta de Castilla y León.
Las altas reservas de humedad de las zonas productoras de la región, sin duda favorecen las futuras producciones otoñales de setas silvestres, sin embargo no es fácil hacer predicciones a largo plazo. Las especies fúngicas tienen una fenología o época de fructificación determinada, condicionada por las condiciones climatológicas, siendo para Boletus grupo edulis, el mes de octubre donde se acumulan las mayores producciones. En estos momentos, las condiciones para el desarrollo de los primordios (inicios de cuerpos de fructificación) de esta especie son adecuadas en muchas de las zonas productoras de la región. Sin embargo al igual que ocurrió en otoño de 2017, un periodo prolongado de ausencia de precipitaciones, puede mal lograr la campaña por una importante disminución de las reservas de agua superficial y en profundidad del suelo de los bosques.