Micocyl colabora con Kew Royal Botanic Gardens

  • 02 Jun 2023

  • Acotado AV-50.003 Gredos
    Demanda-San Millán (BU-50017)
    Valle de Mena (BU-50019)
    Montes de Oca (BU-50015)
    Parque Micológico Sierras de Francia, Béjar, Quilamas y El Rebollar (PMSA-50001)
    Montes de Segovia (SG-50002)
    Acotado VA-50.001 Torozos, Mayorga y Pinares de Valladolid
    Parque Micológico PMZA-50.001 Montes del Noroeste Zamorano
    Río Cea (LE-50003)
    Ribera de Cañedo (SA-50.005)
    Acotado AV-50.006 Montes De La Comunidad De Castilla Y León En Ávila
    Acotado AV-50008 Acotado De Gavilanes
    Montes de la Comunidad de Castilla y León en Segovia (SG-50005)

Esta semana hemos colaborado con el equipo de micología del Real Jardín Botánico de Londres (Royal Botanic Gardens, Kew) en el muestreo de comunidades de hongos ectomicorrícicos en pinares de pino silvestre y hayedos de Castilla y León.

Estos muestreos se van a realizar en más de 20 países a lo largo de 137 parcelas de la Red Europea de Seguimiento de Bosques del programa ICP Forest. Los datos recogidos permitirán estudiar, por un lado, la influencia de la contaminación atmosférica y los cambios ambientales en los bosques europeos y sus hongos asociados y, por otro, continuar con la investigación que el equipo del Real Jardín Botánico de Kew comenzó hace diez años (cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature). 

Aunque a menudo ignorados, los hongos juegan un papel papel vital en nuestros bosques y son unos excelentes indicadores de su estado de conservación, es imprescindible mantener una alta diversidad de hábitats para favorecer el crecimiento y reproducción de sus especies, no sólo con el fin de poder disfrutar con su recolección, sino también para asegurar el futuro de nuestros espacios verdes. Se estima que el 80% de las plantas vasculares están asociadas a hongos sin los cuales no resistirían ciertas inclemencias del tiempo, como la sequía o la falta de nutrientes en el suelo, o serían más sensibles al ataque de bacterias o insectos.

Cada vez existe más evidencia científica de que el cambio climático también está afectando a la biodiversidad subterránea en términos que aún no son comprensibles. Es fundamental por tanto estudiar estas formas de vida que pasan tan desapercibidas y comprender de qué manera los cambios que les afectan producen efectos en cadena en nuestros ecosistemas y, a fin de cuentas, en nosotros mismos.